
Consumido en mi silencio.
confinado en el martirio que supone
no encontrar palabras adecuadas.
El rojo reflejo de una sonrisa,
Basto para quebrar los muros.
Palabras que se censuran.
Susurros que se suicidan.
Gritos que se ahogan.
Confesiones que se inmolan.
Las reclamaciones atentas
que nos psicoanalizan
y muerden la moral con lascivia.
Mientras, rompen esquemas heroes,
y parsimoniosos lideres sepultan el futuro.
Y se poso en mi post mortem la inspiracion.
El atardecer regulariza odios,
Karmas imparten "justicia",
y cacofonias se repiten hasta la saciedad.
Oscilan patriotas que llevan versos al patibulo,
y la ignorancia patologica acuchilla precipitadamente
a mentes apaleadas y amordazadas.
Se me clavan con ruido sordo
agujas en ideas que hibernan.
Inviernos frios segaron gracilmente amorios.
El imponderable desgarro de la ineptitud resuena,
y ese es un eco que jamas sera acallado.