Vago por esta ciudad, arropado por las luces fluorescentes, testigos mudos de la decadencia de la humanidad. Ando sin un destino fijo, y a cada paso que doy se va consumiendo mas y mas mi cordura . El errar por esta metropoli es la unica droga que me sacia. Confundiendo planos y destellos urbanos avanzo sumido en la onirica reflexion que me hace odiar este mundo. La personas son solo trazos en un folio que desprecian lo que la providencia les ha dado. Despues de todo, todos somos entregados al insoslayable destino, vive creyendote superior a ellos, puede que incluso lo seas, pero este estado alterado de conciencia al que llamamos existencia termina igual para todos. Yo me estoy apagando ya, ando entre dolores, derrames, efermedad, resentimiento. Tambien puedo apreciar la ineludible verdad que escapa a los agujereados filtros de la gran mayoria. El hombre es un cancer que lleva consumiendo la tierra desde su inicio y dara pronto su estocada final. No me preocupa. Para entonces estare muerto y sepultado, no sabeis pilotar la nave y decidis estrellarla con la humanidad dentro. Pero claro, en esta sociedad enferma, la autodestruccion es digna de halago ¿no?. Los mas ignorantes son los mas apreciados, perdeis el rumbo sin saberlo, de una manera en la que sera imposible recuperar el curso inicial. Estariais mejor todos muertos. Pero mi travesia por esta decadente urbe no es eterna, mi llama se apaga, y sois vosotros los que debeis iluminaros.
